Veréis, los que me conocen saben que soy un chaval con ciertas tendencias al fatalismo, a la depresión y a jurar y perjurar que tengo un botecito con un montón de pastillas y que en cuanto no pueda valerme por mi mismo, me las zampo y a hacer de abono para las malvas (nunca entendí eso de criarlas... si ya estabas muerto)
Sin embargo, hay otros días en que parezco agilipollao, lleno de felicidad y con la misma cara que House en el episodio en que toma éxtasis pero con efectos duraderos de 24h. Esos días es por que he estado con amigos (de esos de la mano).
Muchas veces, la vida y el devenir de las cosas hace que no los veas a menudo, pero sin embargo con ese tipo de gente, aunque hayan pasado 5 años, parece que en realidad la última cerveza te la hayas tomado la tarde anterior.
En fin, todo este rollo viene como podéis imaginar, porque hoy he estado con una de esas personas.
Es una persona que me ha marcado, me ha enseñado mucho, me sigue enseñando mucho y sé que lo seguirá haciendo durante mucho tiempo. A sido una de las personas que me ha ayudado a formarme, sin las que yo posiblemente seria un cabeza vacía.
Hoy me apetecía dedicarle este artículo, decirle que lo quiero mucho y que siempre lo querré. El nombre no lo pongo, que sé que se moriría de vergüenza y al fin y al cabo éste post solo va para él.
Pero por si las moscas.... va por tí Oscar
domingo, 13 de enero de 2008
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